Inicia un nuevo año y como dicen en mi pueblo, “borrón y cuenta nueva”, por lo que típicamente tendemos a generar ambiciosos planes de acción con grandes expectativas. Sin embargo, hablando del sector eléctrico, sería desafortunado olvidar que, durante el segundo semestre del 2018, el Margen de Reserva Operativo del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) estuvo muy por debajo del 5%, lo que a todas luces representa iniciar el año con el pie izquierdo.
Si bien, no existen soluciones sencillas o mágicas a problemas complejos como la operación de un sistema eléctrico tan antiguo y extenso geográficamente como el de nuestro país, estamos presenciando un acontecimiento histórico que, poco a poco, permitirá revertir esta tendencia negativa.
El sector está viviendo la era del Código de Red, mismo que cobró vida el 9 de abril de 2016, pero que viene tomando fuerza apenas desde el año pasado, para bien o para mal, debido a que los Integrantes de la Industria Eléctrica que lo pasen por alto, pudieran ser sujetos a importantes sanciones a partir del 9 de abril de este año. Me queda claro que no existe regulación perfecta, no obstante, además de que existe la disposición de la CRE para hacer los ajustes finos necesarios, estoy convencido de que es un buen comienzo y que conforme queden más claros sus beneficios tangibles, habrá una mayor participación y por lo tanto mejores resultados.
En este tenor, por un lado, me da gusto ver que hoy en día se imparten cursos, conferencias y charlas sobre el Código de Red prácticamente todas las semanas en distintos puntos del país. Pero por otro, he encontrado que en la mayoría se tocan típicamente los mismos temas, por lo que en esta sección intentaré hacer un énfasis especial en los puntos que comúnmente se pasan por alto.
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